11 de julio de 2025

Los Lagos registra 75 campamentos y más de 3.500 familias sin solución habitacional: crecen 17,7% en dos años

Más de 1.700 niños, casi 500 adultos mayores y 997 familias de pueblos originarios viven en condiciones de alta vulnerabilidad. Además, 26 campamentos enfrentan riesgo de desalojo en comunas como Puerto Montt, Osorno y Frutillar.

Un nuevo catastro de asentamientos precarios, elaborado por TECHO-Chile, evidenció un panorama alarmante a nivel nacional y regional: la Región de Los Lagos alcanzó los 75 campamentos activos, habitados por 3.589 familias.

TECHO -CHILE, también indica que la región alberga campamentos con más de 25 años de existencia y que 26 asentamientos están bajo amenaza de desalojo, concentrados en comunas como Puerto Montt, Osorno y Frutillar. El crecimiento acelerado de estas comunidades y la falta de soluciones definitivas expone una fractura estructural en las políticas de vivienda, tanto a nivel regional como nacional.

En paralelo, el informe destaca que a nivel nacional solo el 4% de los campamentos cuenta con un proyecto habitacional colectivo en ejecución, a pesar de que más del 78% posee una directiva activa y más del 69% tiene comités de vivienda formalizados, lo que representa un importante capital social desaprovechado.

Además, el estudio resalta que en muchos campamentos predominan condiciones de habitabilidad precaria, como la ausencia de conexiones regulares a servicios básicos, y que más de 43 mil familias a nivel nacional están bajo riesgo de ser desalojadas, muchas de ellas sin contar con alternativas habitacionales.

Desde la fundación TECHO-Chile se plantea la necesidad urgente de ajustar programas de arriendo, diversificar soluciones habitacionales, dar continuidad al Plan de Emergencia Habitacional y reformular el Programa de Asentamientos Precarios, con especial énfasis en una planificación urbana que incorpore de forma efectiva a los sectores más vulnerables.

Este diagnóstico no solo muestra un aumento cuantitativo, sino que también releva una realidad profundamente desigual y fragmentada, donde la vivienda digna sigue siendo una promesa lejana para miles de familias en todo el país.