
El conflicto entre India y Pakistán vuelve a escalar, luego de que el gobierno indio confirmara el inicio de una ofensiva denominada Operación Sindoor, que tiene como objetivo presuntas instalaciones terroristas ubicadas en territorio pakistaní y en la región de Jammu y Cachemira, bajo administración de Islamabad.
La acción militar ocurre tras un ataque terrorista en la localidad de Pahalgam, el pasado 22 de abril, donde perdieron la vida 26 civiles, entre ellos 25 ciudadanos indios y un nepalí. Según Nueva Delhi, este hecho fue planificado desde territorio pakistaní.
En un comunicado oficial, el Ministerio de Defensa de India aseguró que la operación ha sido “focalizada, mesurada y sin intención de escalar el conflicto”. Añadieron que no se han atacado instalaciones militares de Pakistán y que las acciones fueron cuidadosamente diseñadas para evitar una confrontación directa de mayor escala.
Por su parte, el Ejército pakistaní reaccionó con dureza, calificando los ataques como “vergonzosos y cobardes”, anunciando que responderán en el momento y lugar que consideren adecuado. Informaron además que varios puntos en la región, incluyendo zonas dentro de la provincia de Punjab —fuera del área en disputa de Cachemira— fueron impactados por misiles.
Entre los lugares señalados como objetivos por India se encuentran Kotli, Ahmadpur East, Muzaffarabad, Bagh y Muridke. Particularmente, Ahmadpur East y Muridke están ubicados dentro del territorio soberano pakistaní, lo que ha elevado la tensión internacional.
En redes sociales, el Ejército indio publicó una imagen con el nombre de la operación acompañada del mensaje: “Se hizo justicia”, lo que refleja la postura firme adoptada por el gobierno del primer ministro Narendra Modi.
Esta es la acción militar más significativa desde 2019 entre ambos países, cuya rivalidad histórica en la región de Cachemira ha sido fuente constante de conflictos. El último enfrentamiento a gran escala data de 1971, aunque han habido múltiples choques menores y ataques desde entonces.
La comunidad internacional observa con preocupación este nuevo episodio de tensión, en una zona que ya ha sido epicentro de múltiples conflictos armados en el pasado.